Comprar un barco es el sueño de muchos. La brisa fresca y la sensación de libertad que produce una embarcación es una sensación que muchos anhelamos, aún más después de los últimos años.
El mundo está cambiando, nos adaptamos y la pandemia ha hecho que estemos más familiarizados con las videollamadas, el intercambio de archivos pesados y las reuniones virtuales con cualquier persona, en cualquier lugar.
El trabajo de un perito (o surveyor, por su nombre en inglés) también se ha adaptado a esta nueva realidad: un surveyor hoy en día puede viajar al puerto de destino indicado por el cliente, inspeccionar la embarcación y informar sobre una evaluación técnica detallada – todo sin que el cliente se mueva de su casa.
Un servicio de inspección remota hecho por un surveyor permite evitar sorpresas desagradables, minimiza los riesgos y facilita una decisión acertada, basada no en opiniones, si no en hechos. Y sobre todo permite aprovechar oportunidades lejanas, ahorrar tiempo y dinero y, en última instancia, ayuda a hacer realidad su sueño.
La seguridad ante todo
El principal motivo para contratar a un profesional externo es técnico. Los barcos son objetos flotantes diseñados para darnos placer, pero sobre todo para mantenernos a salvo en medio del mar. Y todos sabemos que cualquier embarcación puede dar lugar a un mantenimiento interminable.
Un surveyor profesional inspecciona metodológicamente la estructura, los sistemas, la seguridad de la embarcación y clasifica rápida y minuciosamente todos los hallazgos en función de su gravedad y costes de reparación. Queda entonces a criterio del comprador realizar o no la operación.Y de esta manera, será una decisión informada.
Las ventajas de un servicio remoto
El mercado de barcos usados en el sur de Europa es enorme y con precios atractivos en comparación con los países del norte de Europa. Las oportunidades a menudo se encuentran muy lejos de casa, pero luego pueden surgir las preguntas habituales: ¿el barco es realmente el indicado para mí? ¿encaja con mi programa de navegación? ¿Es técnicamente sólido?
Un perito se encarga de responder estas preguntas de la manera más precisa y completa para ayudar al cliente a tomar una decisión, sin que éste se mueva de casa. El proceso puede empezar con un simple peritaje de primera impresión para identificar problemas graves y el estado general de la embarcación; estos datos proporcionan una opinión informada de las características del barco y pueden ayudar al cliente a decidir si el barco encaja con el programa previsto. Si es así, el siguiente paso es un peritaje de pre-compra completo.
Ser objetivo es clave
Un yate comprende la estructura y muchos sistemas. Casco, cubierta, quilla, motor, aparejo, sistemas eléctricos, sistemas de seguridad por nombrar algunos, hay muchas áreas que deben verificarse. El punto importante, y esta debería ser la tarea de todo perito, es pasar de las opiniones a los hechos. No vale la pena afirmar: la estructura parecía estar sólida, o el agua en la sentina puede provenir de un pasacasco. Esa opinión debe averiguarse con alguna prueba objetiva que pueda identificar clara y objetivamente la fuente del hallazgo. Los mejores peritos desarrollan sus propias pruebas, y solo cuando las opiniones se convierten en hechos, sólo entonces el trabajo de un surveyor gana su valor real.
Comunicación fluida con el cliente
Un barco es algo apasionante, por eso los clientes suelen estar ansiosos por conocer los resultados de la inspección. Tener una comunicación fluida durante todo el proceso alivia estos nervios. Por ejemplo, si a la mitad de la inspección, cuando se han comprobado los principales riesgos potenciales, se establece una videollamada con el cliente, se puede transmitir las primeras impresiones. Es una buena oportunidad para decidir si una área o un sistema en concreto necesita más atención. Si el cliente tiene una necesidad particular, se puede así adecuar en el momento. Cerrar la inspección in-situ con una llamada permite también asegurarse que todas las dudas estén cubiertas.
Una vez redactado el informe, con fotos y videos, se repasan todos los hallazgos en detalle con la última videollamada. Este documento y comunicación final es lo que realmente cuenta, porque aquí es donde se presenta y estructura toda la información objetiva con pruebas, resultados de pruebas, imágenes y explicaciones de los hallazgos.
Es la culminación del enfoque antes mencionado: pasar de la opinión a la evidencia objetiva.
Ser los ojos del cliente otorga una gran responsabilidad.
Es por eso que una embarcación debe inspeccionarse con el mismo espíritu y atención que si el perito fuera el posible comprador. Más aún, porque cuando uno tiene que transmitir información a otra persona, debe tener un cuidado especial para ser preciso, imparcial y objetivo.